Sintió como se acercaba la retórica a su oído, palabras que hablaban de un amor inseguro. Le preguntaba - ¿De quien te has enamorado? ¿Cómo te sientes conmigo?-, y en todas esas sugestiones parecía implícito el deseo que le contestara – Creo que te amo-, pero Sexo Casual solo contestaba las preguntas. Sabia que sentía algo por el, pero nunca le agrado engañar a la gente con lenguajes melosos que con frecuencia suelen ser ilusiones de alguna calentura.
Entre los besos y cursilerías de dialogo que despedía Milio, Sexo casual se vio tentada a probarlo, sabia que no debía preguntar pero solo sintió el impulso y lo hizo, - ¿Tu estas enamorado de mi? -, el le contesto – Si, creo que estoy enamorado-. Sexo Casual le vio el rostro y reconoció su expresión, era la expresión de un niño intentando chantajear a mama con un: - Te quiero mamita, ahora cómprame el juguete-.No le creyó nada, pero negó tener noción de lo que ella consideraba una intuición, ya que Sexo Casual como la mayoría de los humanos no sabia confiar en artilugios carentes de certeza. Lo que desconocía era que su cerebro procesa diez veces la información que maneja de forma consciente, por lo que mientras ella dudaba de quien era Milio su cerebro comparaba patrones conductuales y sacaba colusiones.
A ella no le paresia mal tener buen sexo con alguien que le gustara, no tenia ningún pudor en ello y desde luego nunca había sido necesario que le dijeran que la amaban para acceder a peticiones amatorias. Al principio la situación estuvo un poco floja, quizás por que ella solo accedió debido a que Milio no dejo de insistir y le pareció más simple complacerlo que soportar la vergüenza ajena de sus suplicas.
Se movía de una forma desesperada con rapidez, y ella no entendía su comportamiento. Termino en pocos minutos, se quito y comenzó a vestirse, después le dijo – ¿Qué hora es? Tengo demasiada tarea creo que es mejor que me valla -.
Se sintió como un objeto, como un elemento usado como el consolador de un hijo de puta. Ella no sintió nada y al parecer a Milio no le importo en lo mas mínimo. Lo observo por unos segundos, él estaba indiferente muy ocupado en su ropa que tomaba con torpeza. Sintió una mezcla de emociones, quería gritarle al muy pendejo cuantos se habían tomado todo el tiempo necesario para llevarla a un orgasmo, sin necesidad de su mierda de pretexto – Estoy enamorado -. Mientras caminaba a su unidad móvil pensaba con cuantos mejores que el se había acostado todos menos torpes y mejores en el sexo, ninguno ni por error le habían dicho un te amo, pero a ella eso no le importaba, y él, el supuesto bueno de la historia llego le dijo su mierda de cursilerías y solo por eso pensó que podría usarla como objeto. Lo que mas le molestaba era eso, imaginárselo regocijándose por haberla utilizado. Cuando era ella quien utilizaba a los hombres o en el peor de los casos eran ambos quienes se utilizaban, e imaginarse en que fue alguien que sé llamaba Emilio pero le parecía muy agresivo y se hacia llamar Milio, fue quien la había hecho sentir así, cuando ni siquiera un cabron cono Atari había podido. Eso era demasiado para Sexo casual.
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