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Caminamos impacientes entre ruinas de viejas glorias, hoy convertidas en
símbolos de cultura urbana, de cultura decadente, de cultura de sobrevivientes.
Requería de agilidad moverse entre los ambulantes, que entre sus mercancias
igual tienen viniles de los 80’s , que pornografía amateur de una despistada
pareja gay, grabada en algún motel de la misma zona. Caminábamos en
grupo, mis amigas emocionadas por sus palabras de amor y la adrenalina
del futuro cambio, tomaban su tiempo para susurrarse palabras; los hermanos
recordaban la zona en la que nos movíamos y se cuidaban las espaldas, algo
inteligente; Yo sin nada, como siempre, caminaba tras Julio escuchando sus historias
sobre como lo habían asaltado esa mañana y lo mal que le había caído la noticia de
la supuesta victoria del PAN, me decía.

- No mames, cuando vi esa mamada me puse blanco y me maree. Hasta mi madre
me dijo, Julio ¿Qué tienes? Te vez bien pálido, seguro por al noticia del PAN.
Pinches panistas pendejos, un comercial del consejo empresarial y les saca el miedo,
igual y por putos se merecen que los gobierne el PAN.

Julio con esa rara seguridad de la gente que le vale madres todo, y yo tras de el
queriendo que tan bien me valga y recordándome que no tenia nada que perder.Nos adelantamos de los demás para ver el edificio Rex, el Viena y los cines
porno como el Teresa. Las fachadas de los viejos edificios que bajo la pintura barata
y paredes salitrosas, se antojan imponentes. Cualquier callejón fue bueno para atravesar
a la gente y llegar hasta la Pulcata, donde nos compramos unas cubetas de pulque
y las acompañamos con un gallo. Hablamos de revoluciones, de cambios, de guerras, todos
ahí estaban dispuestos a hacer algo si las cosas no cambiaban, yo hablaba muy atento
de sus ideas, quería sentir el ritmo , llenarme de emociones, olvidar que me visto con
Hurley, desayuno cereal, como en Mcdonalds, tengo un carro fronterizo, vivo en ensenada,
mi familia es panista, tomo vino, digo cool y todas esas cosas que me hibridan. Dejar de
sentirme perdido , verme propio y encontrar un poco de mi identidad. Estar hay en
la vieja cantina del centro histórico, tomando el pulque mas barato, comiendo frijoles negros
con salsa, torrillas y carnitas de cerdo (espero), en compañía de un montón de
ebrios que parecían sacados de una película de Pedro infante y estudiantes de la UNAM
que no por serlo dejaban de ser unos jodidos de mi calaña. Hablando de política, los
medios de comunicación, cultura. Yo observando las paredes llenas de fotos de
Maria Feliz, Jorge Negrete y demás ídolos del cien nacional, con banderas comunistas,
stencils del Che y pinturas de Dalí, no puede evitar compararlo con el
Papas and Beer, y preguntarme ¿Quién gano estas elecciones?, ¿Quiénes decidieron?.
Al final solo reflexiones que se filtran entre mi fascinación por algún Mc Trío o cualquier combo con doble queso.