Y el día llego....

El rió amaneció con una capa de hielo: congelado; tú loco en ideas. Cada día de tu vida tuviste miedo, fantaseaste con recuperar lo que debía ser tuyo, pero nunca lo fue; pensabas que un día te verían y querrían estar contigo, disipar los miedos y jamás tendrías que pensar en que mañana podrían hacerte a un lado, pues por fin tendrías a alguien que te protegiera. Ahora te ves y no tiene sentido, ahora tienes un grito en la sangre, uno fuerte. Sientes el agua en tu cuerpo, tan vivo. Ves el mundo, es grande pero no lo suficiente. El agua fría hace que tu respiración se agite. Quieres pelear, gritarle al mundo que estas aquí, reclamar tu espacio, ahora eres un hombre, lo sientes en el fondo de al carne. Estás listo. Tus fosas nasales se expanden, te parece excitante la furia que recorre tus pulmones, tus arterias se dilatan oxigenando tu células, lo afirmas: estas vivo, lo sientes bajo la piel con el frió quemante. Toda tu vida ha sido un sueño y hoy estas despertando. Tus piernas tiemblan, tu corazón palpita. Corres. Corres por instinto, corres como la bestia que eres, vestida, pensante y perfumada, pero al fin una bestia. Tus piernas se mueven dinámicas, perfectas, millones de años en evolución hechas hombre: tú. Exhalas neblina densa, se expande. No te defiendes, no puedes, corres hacia el futuro. La neblina sigue creciendo, rodea tu espacio, te dificulta la visión, las plantas golpean tu cuerpo desnudo. Entre las densidades una silueta humana, como buen cazador la hueles. Si te hubiera mirado menos podrías seguir corriendo, pero ahora es tarde, quieres tu presa. Sus ojos, tus piernas, su pubis, tu vello, frente a frente, perfectos inmutables en la neblina, bajo una noche. -No basta con tenerla, hay que entregarse-. Saborearla: lamer su cuerpo, oler sus humedades, escuchar el armonioso ritmo de sus músculos: tenso y relajado. Con fuerza y delicadeza la tomas sobre la arena, tus nalgas haciendo fuerza sobre su cuerpo, empujas. Extremidades revolcándose en tierra, no hablas, no es necesario, solo sientes el instinto de los hombres. Estas vivo y quieres revoluciones.