Abrí los ojos un poco somnoliento, percibí una rara vibración en el entorno, sin preguntas entre a la regadera, agua tibia y champú, las ideas vagas me absorbieron, sin sonido de agua, solo quedo ese raro vació de quien no tiene nada que pedir. ¡Vamos!, seguro a ti también te a pasado, ya sabes uno de esos días donde sistemáticamente la vida te da un no, tienes el ¿como?, te falta el ¿Para que?,y no quieres pensar en el ¿por que?. Tu ¿como lo sientes?, yo creo que es un cambio de percepción, una modificación al ritmo con el que funciono, mientras todo sigue acelerando y simplemente no encajo, arrojando la nada, ¡por que no hay nada!, podría ponerle nombres o inventar respuestas con cosas que me molestan, pero es mentirme y soy tan soberbio que no lo permito. Una ves escuche que a la muerte se le sienta en las piernas y se le apaña hasta que no quede mas que penetrarla por todos los orificios que tenga, tal vez pienses que es un acto de cobardía, pero condenado a la vida, la única opción de libertad es la muerte. Tome un cuchillo para romper con el cliché de la navaja de doble filo, corte, mientras la respiración se agitaba, ¿Y la sangre?, no salio nada, metí mis dedos entre la carne, estaba seco. Sobre un muro reconocí el cuadro de Peter Pan, que no tenía desde los siete años. ¡Wau!, es un sueño. Desperté en un espacio blanco , amplio o reducido, el color homogéneo me dificultaba reconocer la profundidad, me vi, era de papel, y yo que me creía tan poderoso, note el fuerte latido de mi efímera vida, a cada vez del pum-pum me plisaba el pecho un poco, una gota carmesí salio de mi dedo meñique rumbo al suelo, comencé a teñirme de rojo, la sangre se colaba en mi débil y poroso cuerpo, me humedecía y escurría, levante un brazo, se rompió por las humedades, estaba empapado, la sangre me desasía, termine como una masa en rojo , sobre el blanco piso. ¿Estoy vivo?
